domingo, 1 de diciembre de 2019

EL RESULTADO IMPREVISIBLE DE LOS ENCUENTROS CERCANOS CON OVNIS



 
 
 
 
¿Por qué las historias sobre OVNIs no se conectan en una trama global? ¿Por qué cada episodio OVNI parece único e irrepetible? ¿Por qué existen tantos tipos diferentes de extraterrestres? ¿Por qué algunos encuentros con OVNIs parecen alucinaciones? ¿Por qué los contactos con los tripulantes de los platillos volantes son absurdos y disparatados? ¿Por qué se registran fenómenos paranormales en las experiencias ufológicas?
A estas alturas de la investigación, tenemos claro que los encuentros cercanos con OVNIs no son producidos por eventos físicos usuales, o sea, los testigos no están observando el aterrizaje de una nave interplanetaria tripulada por científicos provenientes de una lejana galaxia. Es más probable que todo esto que hemos etiquetado y estudiado como encuentros cercanos con OVNIs sean, en realidad, fugaces visiones de una realidad ampliada, que a veces es perceptible para algunas personas. Y es que desde los albores de la humanidad se ha especulado con la existencia de unos “reinos invisibles” habitados por unos seres o entidades intermedias entre los Dioses y los demonios, que son capaces de entablar diálogos y relaciones con determinadas o elegidas personas. Todas las culturas de la tierra poseen abundantes tradiciones orales y escritas, enmarcadas en los ritos chamánicos, místicos o mágicos, que describen los encuentros con estas realidades alternativas y sus “habitantes”. Pero lo más curioso de esta cuestión, a tenor del variopinto folklore registrado, es que, aun conservando algunas líneas estructurales comunes (dioses/demonios/reinos ocultos), todas estas tradiciones “mágicas” parecen desarrollarse de forma distinta, según el individuo o cultura que la perciba. Lo que indicaría que la percepción y contacto con este fenómeno tiene que sufrir algún tipo de “influencia” o “decodificación” por parte de la psique de cada testigo que la hace sustancialmente distinta a la de otra persona. Y es la principal causa  de que estos paradigmas tengan una pátina tan personal e intransferible a la hora de confrontarse entre ellas. Hay que tener en cuenta, como punto vital de nuestras investigaciones, que en la mayoría de ocasiones, las visiones y contactos con estos “reinos invisibles” o sus “moradores” no se realizaba de forma física, sino que los diferentes “iniciados” lo hacían a través de trances, sueños o visiones, o sea, en un amplio espectro de estados mentales alterados. Por lo que más que viajes o encuentros físicos, estas experiencias eran potentes y reveladoras vivencias psíquicas (espirituales) para sus protagonistas. En el caso de los encuentros cercanos con OVNIs, la principal y quizás única diferencia importante para nuestro estudio, con las tradiciones “mágicas” antes expuestas, es que, en este caso, “algo” desde esa “otra” realidad establece un “puente” de contacto entre ambos mundos. Abriendo una fisura, por la que esos “reinos invisibles” pueden acceder, parcialmente, a nuestra realidad. No nos hallamos ante un brujo, chamán, iniciado o religioso que pretende acceder voluntariamente a un estadio mental que le permita acceder a un contacto con sus dioses o ingresar en sus “reinos”. En el fenómeno OVNI estamos ante otro escenario. Por lo menos aparenta que la “visión” se halla incrustada en mitad de nuestra realidad cotidiana. Por tanto, la casuística que hemos registrado en 70 años, sería el resultado de una irrupción, súbita e inesperada, por parte de los testigos, en esta realidad ampliada que de alguna manera se «retroalimenta» de su inconsciente para plasmarse ante sus ojos. En la cuestión OVNI, y probablemente en otras del índole de las denominadas anomalías, un “agente externo” desde ese universo desconocido, por razones que quizás tengan que ver con la conformación cerebral/neuronal de los testigos, decide establecer un contacto directo entre ambas realidades a través, precisamente de la psique de las personas. Por tanto, los testigos no son conocedores de lo que va a ocurrir y están sujetos a modificar el fenómeno, de una manera mas amplia y desconcertante, que aquellas personas que tienen un interés y propósito preconcebido en sus contactos.












Pero ¿cómo se produce esto? Estas experiencias se originan cuando el “agente externo” (un tipo de una “entidad psíquica”) que habita en esta porción de realidad oculta a nuestros sentidos ordinarios, interacciona con la psique de los testigos, y es capaz de fabricar «capas» dimensionales efímeras, en la frontera entre ambos universos, que contienen los elementos descritos por la mitología OVNI. Y esto es provocado por la interferencia que produce la psique humana en lo percibido.  Y es que, al igual que los “psiconautas” interfieren en el contenido de sus visiones sagradas o mágicas, los testigos con la información contenida en su inconsciente, aportan, sin ser consciente de ello, casi todo el material “visual/narrativo” que va a configurar el contenido de la experiencia ufológica. Ya que la psique de los observadores, al ingresar momentáneamente en esta realidad, logra traspasar las barreras de la conciencia ordinaria, lo que le permite, entre otras cosas, construir y añadir elementos en un escenario que se erige en una zona fronteriza entre ambos universos. Y es que bajo ese «influjo psíquico» los testigos pueden interaccionar con esa otra realidad ampliada, de una forma totalmente diferente a la conocida, creando su contenido en ese mismo momento de forma instantánea sin tener nada previsto. Por esa razón, los contenidos son altamente creativos, maleables e impredecibles. Y es por eso también, que las experiencias anómalas se manifiestan en un abanico tan amplio de representatividad (fantasmas, apariciones marianas, OVNIs, etc.), ya que el contenido arquetípico, cultural, folclórico, social, etc. del imaginario humano es tan amplio y rico en detalles y matices, que ofrece un campo de “actuación” casi infinito.

Los OVNIs son una nueva metáfora, una nueva forma de expresión de esta realidad ampliada para mostrarnos la existencia de un universo psíquico de amplias repercusiones para la conciencia humana. Los platillos volantes son reactualizaciones de mitos y folklores antiguos, pero que conservan el mensaje interno: 1.- Existen otras realidades 2.- Hay otras formas de vida. Solo la apariencia externa del fenómeno se transforma a medida que la civilización humana avanza, ya que, de otra forma, bajo otros “ropajes”, el portador del mensaje no estaría a la altura que espera el individuo. Y como la participación de las personas determina muchos aspectos de sus experiencias, es probable que lo visualizado se adecue a los pensamientos reinantes. No obstante, en esta misma época, en otro contexto cultural, el agente externo puede manifestarse utilizando roles mas arcanos y primitivos. Todo depende del testigo, como catalizador de estas realidades, edificará una construcción mental adecuada a sus intereses, que sea la portadora del mensaje. Aunque, como hemos registrado, en la mayoría de ocasiones los testigos no son capaces de integrar totalmente su experiencia anómala en su vida cotidiana, y comprender realmente el sentido y la trascendencia de lo percibido.
La tecnificación de la sociedad y el alejamiento cada vez mas profundo de las raíces humanas, conlleva que estos puentes, entre ambos universos, sean más difíciles de establecer. Los encuentros incitados por el agente externo tienden a desaparecer en función que los individuos, las llaves necesarias para establecer estas conexiones estén mas alejados de ciertas frecuencias mentales. Al fin y al cabo, hablamos de la evolución de la conciencia y la existencia de otros niveles de realidad. Quizás algún día la ciencia de forma analítica pueda explicar algunas de estas cuestiones, pero de lo que cabe duda, es que hemos elegido el camino mas largo y mas frio…










JOSE ANTONIO CARAV@CA


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