ENCUENTROS CERCANOS CON LOS "MORADORES DE LAS ARENAS"
El 25 de julio de 1979 un agricultor llamado Federico Ibáñez Ibáñez de 54 años tuvo un particular y desconcertante encuentro con lo bizarro. Ocurrió sobre las 11:30 horas de la mañana mientras conducía su Renault-6 por las afueras del pueblo de Turís (Valencia) en dirección a su viñedo (situado a unos 4 Km). En un primer momento observó un reflejo en tierra que le pareció producido por otro vehículo estacionado en la zona, pero al aproximarse, a unos 4 metros de distancia, comprobó que se trataba de un objeto en forma de “medio huevo”, de color blanco, de base plana y apoyado sobre el terreno en dos “patas”. Las dimensiones del extraño artefacto según el testigo eran de 2´5 metros alto, de los que, 30 centímetros correspondían a las patas y unos 2´5 metros de ancho. Tal y como relató al investigador Vicente Juan Ballester Olmos en un detallado artículo denominado “¿Imaginación o Realidad? el Aterrizaje de Turís”: “Era una cosa metálica muy brillante, de un blanco muy fuerte que nunca había visto”. Sin embargo las sorpresas no habían concluido para el estupefacto agricultor.
El 25 de julio de 1979 un agricultor llamado Federico Ibáñez Ibáñez de 54 años tuvo un particular y desconcertante encuentro con lo bizarro. Ocurrió sobre las 11:30 horas de la mañana mientras conducía su Renault-6 por las afueras del pueblo de Turís (Valencia) en dirección a su viñedo (situado a unos 4 Km). En un primer momento observó un reflejo en tierra que le pareció producido por otro vehículo estacionado en la zona, pero al aproximarse, a unos 4 metros de distancia, comprobó que se trataba de un objeto en forma de “medio huevo”, de color blanco, de base plana y apoyado sobre el terreno en dos “patas”. Las dimensiones del extraño artefacto según el testigo eran de 2´5 metros alto, de los que, 30 centímetros correspondían a las patas y unos 2´5 metros de ancho. Tal y como relató al investigador Vicente Juan Ballester Olmos en un detallado artículo denominado “¿Imaginación o Realidad? el Aterrizaje de Turís”: “Era una cosa metálica muy brillante, de un blanco muy fuerte que nunca había visto”. Sin embargo las sorpresas no habían concluido para el estupefacto agricultor.
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El testigo observó toda la escena a plena luz del día. 2 pequeños seres surgieron del bosque para introducirse en el interior de la extraña cúpula. |
De pronto de un algarrobo
cercano, a unos 11 metros del objeto, surgieron 2 pequeños humanoides de entre
80 y 100 centímetros de altura. Se desplazan rápidamente, uno detrás del otro
ofreciendo su perfil al testigo. Ballester Olmos indica que: “Federico Ibáñez pudo distinguir que iban
ataviados con una vestimenta blanca que parecía estar “hinchada de aire” y que
salía de la frente de aquellos seres y llegaba casi hasta el suelo, dejando al
descubierto unos pies pequeños y oscuros. Sus brazos eran cortos, estaban
doblados y pegados al cuerpo y terminaban en unas manos oscuras. El único
detalle de los rostros que pudo observar fueron unos tubos negros que
sobresalían de ellos, de unos 7 u 8 cm de largo, parecidos a “las gafas que se
usan para soldar, pero más largos”. Tras introducirse en el objeto este
ascendió rápidamente (con una inclinación de 260 grados) mientras levantaba un
gran torbellino de viento en total silencio.
El testigo (izquierda) junto a los investigadores Ballester Olmos y Miguel Guasp en el lugar del avistamiento. (Imagen Cortesía Ballester Olmos) Mas información aquí ¿Imaginación o realidad? El aterrizaje de Turis |
Dibujo de los 2 presuntos humanoides. (Imagen Cortesía Ballester Olmos) |
En el lugar el supuesto aterrizaje se hallaron 4 curiosas huellas inexplicables. (Imagen Cortesía Ballester Olmos) |
Posteriormente
los investigadores hallaron en la zona del supuesto aterrizaje 4 huellas que
formaban un rectángulo perfecto de 176 x
130 cm. Ballester Olmos indicó que: “Aparentemente,
la estructura de cada una de ellas era una circunferencia de 8 cm de diámetro
cuyo interior estaba integrado por 8 casquetes esféricos de unos 2,25 cm de diámetro
que, a su vez, rodeaban simétricamente un casquete central, también circular,
de unos 3,5 cm de diámetro. La profundidad de las marcas de los casquetes
variaba: el central se hundía en el terreno de 9 a 14 mm, los más pequeños
mucho menos. Mediante un penetrómetro manual se estimó –probablemente con
bastante margen de error, dado lo rudimentario del sistema– que el objeto que
había producido esas marcas había ejercido una fuerza de 4 toneladas.”
LA CONEXIÓN “STAR WARS”
Sin duda el
caso contiene ingredientes que lo hacen únicos en la casuística OVNI. La
apariencia de los humanoides tiene ciertas semejanzas con algunos de los
personajes que aparecen en la célebre película de “Star Wars” (1977). Los propios implicados en la investigación del caso, notaron esta curiosa semejanza, indicando que todo pudo ser fruto de la imaginación del testigo. Ballester Olmos incluía el siguiente comentario en su reportaje sobre el caso: “El estudioso malagueño Luis R. González basa su crítica de este caso en la descripción de los seres, que, según explica, recuerdan una mezcla de caracteres de personajes de La guerra de las galaxias: el tamaño de los jawas, las protuberantes gafas de los moradores de las arenas y una combinación de ambos en la vestimenta. El filme se estrenó dos años antes del avistamiento que nos ocupa”.
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Los "moradores de las arenas" que aparecen en la película "Star Wars" guardan muchas semejanzas con los humanoides avistados en Valencia. |
Ampliando esta
información Ballester Olmos indicó personalmente
al autor del presente reportaje que: “De
mis entrevistas con él deduje que no era hombre de ir al cine, pero nunca se
sabe si pudo haber visto fugazmente algo en televisión o en alguna revista y
haberlo registrado, a pesar de que es un hombre de campo totalmente volcado en
sus tierras. Yo estoy convencido de que el aterrizaje solo ocurrió en su
cabeza; quizás si en 1979, además de la extensa investigación que hicimos, lo
hubiéramos sometido a la consulta de un psicólogo o psiquiatra, eso hubiera
arrojado luz, ahora, ya es imposible”.
Actualmente bajo el prisma de la teoría de la
Distorsión, donde se establece que
los contenidos inconscientes de los testigos (cultura, estudios, hobbies, etc.)
son utilizados por un agente externo desconocido para crear una puesta en
escena de visitación extraterrestre, este suceso adquiere otro cariz.
Probablemente en la imaginación del testigo quedo latente algunas de las impactantes
imágenes de la película “Star Wars” (un autentico fenómeno social y mediático
de la época), sobre todo la de algunas de sus criaturas fantásticas, como los “Jawas”
y los “Tusken” (los moradores de las arenas) que contienen muchos de los elementos
descritos por el agricultor. Pequeños seres, capuchas, movimientos rápidos,
“gafas protuberantes”, todos estas características fueron “rescatadas” por el “agente
externo”, del inconsciente del testigo, para construir un encuentro cercano con
rasgos únicos, exclusivos e intransferibles. Por tanto los humanoides
observados por el Sr. Ibáñez no serían más que el efecto y resultado de una
“proyección distorsionada” de algunas de las criaturas del universo “Star Wars”
dentro de un contexto ufológico, fruto de una época de numerosos incidentes
relacionados con los OVNIs, expuestos frecuentemente en los medios de
comunicación. Aunque al contrario que sus homónimos cinematográficos estos
humanoides estuvieron en una galaxia muy, muy, muy cercana…
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