miércoles, 2 de abril de 2014

EL EXTRAÑO ENCUENTRO CERCANO DE LIBIA










Sobre las 3:00 horas de la madrugada del 25 de octubre de 1954, Carmelo Papotto estaba inspeccionando los terrenos de su empresa agrícola italiana, con sede en Trípoli, Libia, cuando en un momento dado vió descender del cielo un extraño artefacto en completo silencio. Se trataba de un objeto en forma de huevo, de unos 5 metros de largo por 3 metros de alto, cuya parte inferior era de metal como de aluminio, y la superior de un material transparente, su parte posterior según el testigo: “tenía la forma aerodinámica de un automóvil, con una cola que probablemente funciona como el plano de un timón”. La cúpula “cristalina” estaba  fuertemente iluminada por una luminosidad blanca que irradiaba los alrededores hasta los 4 metros.  El OVNI tenía dos luces a los lados y lo que parecían antenas una en la parte delantera y otra en la trasera.  También tenía dos tubos cónicos, que al testigo le parecieron armas, en su parte delantera. En un principió el ingeniero italiano pensó que podría tratarse de un helicóptero militar norteamericano en apuros o incluso un prototipo secreto.
Boceto del misterioso artefacto que aterrizó cerca del testigo

 
 
Según Carmelo Papotto el objeto desplegó su tren de aterrizaje mientras escuchaba un sonido similar a un compresor de los que se utilizan para inflar las ruedas. De hecho las patas del artefacto consistían en seis ruedas. Cuando el OVNI tomó tierra, sobre un campo arado, a unos 10 metros de distancia del testigo, el Sr. Papotto vio en su centro una escalerilla. El testigo pudo apreciar entonces en el interior del artefacto a seis humanoides que se movían lentamente. En aquellos momentos el testigo seguía pensado que eran militares estadounidenses. Vestían ropas amarillas y llevaban mascaras como de gas. Uno de los tripulantes se quitó la máscara durante unos instantes y su rostro era completamente normal. Cuando el testigo puso su mano en la escalerilla para ascender, una fuerte descarga eléctrica le hizo retroceder. Uno de los seres le indicó que no avanzará. El testigo estaba algo aturdido. La tripulación parecía estar ocupada en el interior del artefacto.
En el interior había unos humanoides con uniformes amarillos y "mascaras de gas"
Carmelo Papotto aseguró que uno de los humanoides, con "auriculares" estaba frente a un panel de control parecido a una radio.

 
El Sr. Papotto dice que dentro del artefacto había algunas sillas, mesas y un aparato de radio operado por un humanoide que llevaba unos “auriculares” de los que surgían numerosos cables. Momentos después uno de los seres pulsó un botón y un artilugio mecánico en forma de campana cayó junto a una de las ruedas y procedió a remplazarla por otra. Después de unos 20 minutos, el OVNI se elevó a unos 50 metros de altura sin hacer ruido para posteriormente desaparecer a gran velocidad hacia el este. Los investigadores encontraron en el terreno marcas rectangulares de 10 centímetros de ancho muy parecidas a unos neumáticos normales. Según la disposición de las huellas las ruedas del objeto estaban dispuestas en parejas de 2 y separadas por unos 10 centímetros.  También se encontró una sustancia azul que se mandó a analizar, pero los resultados nunca fueron públicos. Según los investigadores, Carmelo Papotto no tenía conocimientos previos sobre el fenómeno OVNI y por ello se acercó sin temor al artefacto, pensando que podría tratarse de una aeronave humana.
Sin duda el extraño observado por el testigo tenía semejanzas con un helicóptero.

 
 
Según la Teoría de la Distorsión este incidente es un claro ejemplo de cómo elementos mundanos y ordinarios conocidos por el testigo pueden transformarse, por la interacción con un agente externo desconocido, en componentes sobrenaturales insertados en una sorprendente experiencia OVNI. De hecho el OVNI observado por el italiano se asemejaba mucho a un helicóptero militar, con unas protuberancias similares a “ametralladoras” y sus tripulantes parecían soldados, con máscaras de gas incluidas. Todos estos componentes  pudieron estar latentes en la mente del testigo habituado a ver despliegues militares en Libia.
 
 
 
  

JOSE ANTONIO CARAV@CA




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