En el año 1962 el famoso escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke dijo que: “Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Y convencidos de esta máxima, muchos ufólogos han señalado que las capacidades ostentadas por el fenómeno OVNI son prácticamente incomprensibles para nuestra ciencia, por lo tanto, deben esconder una fastuosa ciencia venida de las estrellas. Pero hasta la fecha, con la casuística ufológica bajo el brazo, no tenemos ninguna certeza de peso que señale que las extraordinarias y desconocidas capacidades y propiedades expuestas por los platillos volantes y sus ocupantes se deba a la existencia de una tecnología extraterrestre desplegada ante nuestros ojos. De hecho las evoluciones de extrañas luminarias en el cielo, la aparición y desaparición de humanoides, las interferencias electromagnéticas, las paralizaciones de testigos, la levitación de entidades o que algunos objetos u seres puedan atravesar la materia, han sido descritos en muchos otros contextos sobrenaturales desde hace cientos de años sin que hasta la fecha se haya pensado que se trataba producto de una ciencia desconocida, sino más bien como la manifestación de una realidad que normalmente parece vedada a los sentidos ordinarios y que posee unas características que podrían denominarse mágicas. Y etiquetas no han faltado para intentar encasillar estas manifestaciones. Por lo que queda claro que la semejanza de los OVNIS con estos otros fenómenos extraños podría indicar que hemos estado reinterpretando, quizás influenciados bajo nuestros sesgos culturales, una serie de paradigmas que desde los albores de la historia han estado presente en diferentes culturas humanas y que parecen reaccionar a nuestra presencia cambiando y metamorfeando su apariencia externa. Curiosamente las comunicaciones telepáticas no son tampoco un recurso exclusivo de los tripulantes de los OVNIS, sino que prácticamente todas las entidades que nos han salido al paso, han utilizado este medio para comunicarse con nosotros. Pero solo a partir de la segunda mitad del siglo XX los estudiosos comenzaron a considerar que algunas de estas manifestaciones anómalas podrían encubrir una fastuosa tecnología alienígena, pero ¿Estamos completamente seguros de esto? ¿Podemos asegurar que los OVNIS, sus ocupantes y fenómenos colaterales son consecuencia de la irrupción en un nuestro planeta de una ciencia de otros mundos? Y más teniendo en cuenta, que muy pronto los ufólogos anotaron que junto a las apariciones de platillos volantes y ufonautas hacían acto de presencia otra serie de fenómenos tales como poltergeist, precogniciones, extraños sueños, etc. que no eran inéditos para los investigadores de otras materias heterodoxas. Por lo que realmente nada de lo expuesto por el paradigma OVNI, salvo su particular escenografía (con ciertos matices), ha sido completamente desconocido para nosotros, pero obviamente lo que sí ha cambiado es la interpretación que le hemos dado a estas visiones.
Bajo nuestro punto de vista tecnificado los encuentros con "maquinas" y luminarias desconocidas solo pueden tener un origen tecnológico extraterrestre... pero ¿Estamos seguro de este enfoque? |
Que un visitante nocturno inesperado irrumpa en nuestro dormitorio nunca ha sido considerado una injerencia extraterrestre con fines científicos hasta que nuestra civilización ha contextualizado estas apariciones bajo un determinado marco explicativo en consonancia con una supuesta tecnología que permitiría a los alienígenas atravesar paredes para llegar hasta nosotros. Pero obviamente este planteamiento ignora que toda clase de entidades han realizado estas mismas tropelías desde los albores de la historia, en ámbitos tan diversos como el religioso, el místico o el filosófico.
En los últimos setenta años miles de personas han descrito unas increíbles apariciones que parecían simular en su apariencia ser resultado de una inalcanzable ciencia extraterrestre, aunque sin embargo por otro lado, la semejanza con nuestro propio desarrollo evolutivo (antropomorfización de los ocupantes) y tecnológico (escafandras, respiradores autónomos, pistolas de rayos, escalerillas, antenas, ventanas, consolas de mandos, etc.) hacía sospechar a muchos estudiosos que podría tratarse de algún tipo de espejismo o distorsión sociocultural de nuestra propia civilización elevada por un fenómeno que no sabemos decodificar convenientemente. Por tanto no se puede descartar que lo que hemos interpretado erróneamente hasta la fecha como encuentros cercanos con seres extraterrestres sea producto de otro tipo de fenómenos o cuestiones relacionadas con la percepción humana de resquicios desconocidos de nuestra realidad o de nuestro propio universo mental que a veces nos asalta fuera de las paredes de lo psíquico.
JOSE ANTONIO
CARAV@CA
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Sr. Jose Antonio Caravaca, sua tese é muito atraente. Tenho lidos alguns pedaços (partes) disso, e tem me causado simpatia por ela. Não posso dizer que concordo plenamente com o senhor, estou nisso há décadas e ainda não tenho absoluta convicção do que seja esse fenômeno. O que digo sempre, em textos, palestras e lives, é que não sei o que seja, mas sei com certeza o que não é. E, pra mim, esse fenômeno não é absolutamente nada que tenha qualquer semelhança com nossa natureza, que os eventuais ocupantes dos discos voadores não têm nenhuma empatia com nossa gente. Pensar o contrário, não é apenas um absurdo, é desastrosamente perigoso. É o que penso eu. Saludos.
ResponderEliminarNelson Pescara
Gracias...
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