¿Qué pasaría
si el fenómeno OVNI fuera algo radicalmente diferente de lo que pensamos? ¿Y si
este paradigma obedeciera a otras causas muchas más complejas y enigmáticas que
las ofrecidas, hasta el momento, por la hipótesis extraterrestre (HET)?
Y es que los
archivos de los investigadores no ofrecen dudas. Hay preguntas que la HET no
puede resolver. Los miles de encuentros con estas misteriosas manifestaciones
describen una casuística que prácticamente es infinita en cuanto a tipología de
los supuestos ocupantes de los platillos volantes, y otro tanto con la forma de
sus «naves espaciales». Como si existiese un tipo de «extraterrestre» por cada
persona que denuncia su aparición. Por no hablar que, los incidentes mas próximos
con el fenómeno y las supuestas conversaciones con las entidades que «pilotan»
estos artefactos, están repletas de incongruencias y sin sentidos. De un autentico galimatías incomprensible. Y
por si fuera poco, hay multitud de informes donde se registran percepciones
extrasensoriales, contactos telepáticos, extraños sueños, fenómenos
paranormales, poltergeist, etc. que desdibujan por completo nuestra perspectiva
inicial y simplista de la cuestión ufológica desde la óptica «extraterrestre».
EN EL
INTERIOR DE LOS ENCUENTROS CERCANOS
Lo primero
que nos demuestra un análisis profundo y desapasionado de los avistamientos
OVNIs es que nos enfrentamos a un paradigma mitad físico y mitad psíquico. Como
si estos «objetos» y las «entidades» que los acompañan, estuvieran
manifestándose en una difusa frontera entre lo real y lo imaginario. Entre
posible y lo sobrenatural. Además, pese a lo que se pueda creer los casos OVNIS
en su conjunto no ofrecen una trama coherente que se pueda rastrear en el
tiempo ni en el espacio, sino más bien todo lo contrario. Son sucesos que, aun
compartiendo el mismo trasfondo, la supuesta visitación extraterrestre, se
desarrollan de forma independiente y con elementos propios e intrasferibles. Ya
que en la mayoría de las ocasiones las descripciones de los ocupantes, enseres
y naves no vuelven a encontrarse o repetirse en otro testimonio OVNI. Pero ¿es
esto posible? ¿Qué nos indica todo esto? Pues sencillamente que los
avistamientos OVNIs son eventos imprevisibles más allá del esqueleto básico que
anotamos en casi todos los incidentes; que se verá «algo» en el cielo, que aterrizará
y de que este «algo» descenderán sus ocupantes. Pero poco más se podrá
anticipar, ya que el contenido de los encuentros será «estéticamente» diferente
de una narración a otra, al verse transformados por completo los personajes
(humanoides, entidades, ocupantes…) y objetos (platillo volador, trajes,
escafandras, etc). ¿Y por qué se produce esto? Pues porque la psique de los
observadores influye determinantemente sobre el paradigma observado. Estas
manifestaciones son totalmente permeables a la presencia de los testigos, y se
«transfiguran» en función de aspectos concretos socio/culturales asociados a
los individuos que protagonizan este tipo de experiencias.
LA TEORIA
DE LA DISTORSIÓN
La Teoría de
la Distorsión defiende que un «agente externo» desconocido contacta/conecta con
la psique de los testigos, en el momento previó a la aparición de un OVNI, para
proyectar una especie de imagen tridimensional, indistinguible de la realidad
que la arropa, donde estará representada toda la escena de la visitación
extraterrestre, platillos volantes y ocupantes incluidos. Aunque hay que tener
claro, que la mayor parte de esta escenografía se construiría, a partir del
material psíquico que el agente externo extrae de la mente de los observadores
(recuerdos, hobbies, cultura, etc.). Por lo que estaríamos frente a una
impresionante «arquitectura psíquica» (no confundir con una alucinación, sugestión,
trastorno mental, delirio, histeria colectiva, etc.) de naturaleza y finalidad
desconocida. Por tanto, esto explicaría, de entrada, porqué la mayoría de
incidentes son intangibles y de apariencia efímera, donde los «ocupantes» y sus
«máquinas» no dejan huellas y pueden atravesar los objetos sin problemas. Para
el testigo y demás observadores que lo acompañen, esta imagen será real,
concreta y nada la distingue de la realidad que la rodea. Además, los
«personajes» de esta proyección interaccionan con el testigo, y el medio como
si realmente estuviera allí. Y es que al
tratarse de una proyección «fabricada» en el mismo momento de la conexión con
el «agente externo», nada de lo sucedido durante una experiencia ovni obedece a
una realidad empírica, ni tiene una continuidad física en nuestro universo
después de que el encuentro haya concluido. O sea, los humanoides, la nave y
las acciones registradas en un episodio ufológico no tienen una existencia
real, más allá de su efímera presencia durante la proyección ante los testigos.
Y, por tanto, nada de lo reportado volverá a repetirse exactamente en otro
evento ovni. Sencillamente porque nada de lo manifestado existe fuera de la
«proyección» creada para la ocasión. Y en un próximo encuentro ovni, al cambiar
la «fuente» (el testigo) de donde surgen los principales elementos visuales/estéticos
que conforman la proyección, la experiencia se reinicia casi desde cero. Por lo
que los investigadores solo podemos estudiar el «durante», ya que el «antes» y
el «después» a la proyección, simplemente, no existen. Y es por este «mecanismo psíquico» por lo que
hasta la fecha no hemos podido establecer muchas conjeturas sólidas sobre los
ovnis, ya que su actuación es espontanea, no premeditada, y orquestada en
realidad, no por el propio fenómeno, sino por la creatividad aportada por cada
testigo que interacciona con el agente externo. Todo se «crea» y se «proyecta»
en el mismo momento de la conjunción de la psique humana con este detonador
ignoto, desde la estética de los presuntos alienígenas hasta su comportamiento.
En cada episodio ufológico asistimos al reinicio del concepto «visitación
extraterrestre» bajo la particular «óptica» de cada testigo que modifica hasta
el infinito el esqueleto interno que define este paradigma (nave extraterrestre
y ocupante). Solo entendiendo que son vivencias globales, pero subjetivizadas
por la participación activa de la psique de cada testigo, despojaremos de todo
misterio estos encuentros. La presencia
de materia o no en los incidentes, que provoca huellas o efectos cuantificables
sobre el medio o las personas, estaría determinado por la capacidad de cada
testigo, de «energetizar» su encuentro para que partes o la totalidad de la
manifestación creada en conjunto con el «agente externo» fueran físicas. Pero ¿qué
o quién origina este fenómeno?
EL
«AGENTE EXTERNO»
Sobre el
origen de estas manifestaciones podemos decir que, a lo largo de los siglos,
bajo diversas etiquetas, el ser humano ha protagonizado diversos encuentros con
criaturas, entidades y seres desconocidos (daemones, ángeles, hadas, demonios,
criaturas monstruosas, etc.) que probablemente obedecen a este mismo fenómeno,
que se ha ido modificando con el paso del tiempo. Y esta modificación o
evolución en su apariencia externa no obedece a un perfecto camuflaje del
fenómeno, sino que es fruto de la propia participación del ser humano en su
creación. Ya que como no puede ser de otra manera todas las apariciones, en sus
distintos contextos, son sincrónicas con los intereses, avances y cultura de la
época. De la misma manera que las informaciones obtenidas de estas
manifestaciones no dejan de ser meras distorsiones de conceptos e ideas
humanas. El «agente externo» sirve como perfecto catalizador para que nuestra
psique pueda tener esporádicos «contactos» con otra realidad que se nos escapa
a nuestros sentidos ordinarios. Desde esas dimensiones inexploradas, que
coexisten con las nuestras, el «agente externo» estaría intentando a través de
múltiples y diferentes contactos comunicarse con los seres humanos (de forma
individual) para mostrarnos aspectos dormidos de nuestra conciencia, o quizás,
tan solo servir de guía encubierto de un vasto y desconocido universo
cognitivo. Pero hasta ahora solo estamos percibiendo las «interferencias»
provocadas por nuestra inmersión no controlada en este viaje a las
profundidades del otro lado…
JOSE ANTONIO CARAV@CA
Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor . Propiedad de José Antonio Caravaca
No hay comentarios:
Publicar un comentario