viernes, 1 de noviembre de 2019

DISTORSION: AL ENCUENTRO DE UNA REALIDAD COGNITIVA DESCONOCIDA




 
 
 
 
Si los encuentros cercanos con OVNIs son producto de una elaborada "arquitectura psíquica" surgida de las entrañas de la psique humana en colaboración con un agente externo desconocido, podríamos argumentar que todo lo visualizado en una experiencia OVNI, aunque pueda tener una realidad física, es una especie de «sueño lucido inducido», donde todo lo manifestado, ocupantes de los platillos volante incluidos, no tiene una existencia real e independiente después de producirse este fenómeno. Esto quiere decir que las conversaciones con los tripulantes y las acciones de estas entidades son solo elaboraciones psíquicas surgidas de la interacción conjunta entre el agente externo y el inconsciente del testigo. Y esto indica claramente que no estamos sujetos a unas manifestaciones (seres, dioses, angeles, demonios...) que nos quieres manipular, o inculcar algún tipo de creencia. Estamos siendo víctimas de un paradigma ancestral relacionado con la conciencia humana, donde el filtro cultural influye en lo observado. Pero no desde el punto de vista que la psiquiatría o psicología nos quieren indicar. Y es que este fenómeno asociado a la psique humana se manifiesta/expresa mediante una quimérica escenografía visual donde los «habitantes» de esta otra realidad, en realidad son resortes y mecanismos psíquicos, como los personajes de nuestros sueños, que nos muestran la existencia de un universo cognitivo, tal real y trascendente, como el universo "cartesiano" que nos rodea. Probablemente las fronteras actuales de nuestro entendimiento cognitivo estén delimitadas por nuestra férrea y mecanicista manera de entender la realidad.



Es probable que los denominados encuentros cercanos con OVNIs se produzcan en una zona fronteriza con una realidad ampliada desconocida (o universo paralelo A+B). Una dimensión, desde la cual el Agente Externo se manifiesta y comunica con los seres humanos a través de diferentes representaciones arquetípicas y culturales. En esta zona fronteriza, entre nuestra realidad (A) y la realidad ampliada (B) se registran importantes alteraciones de nuestro espacio y tiempo y nuestra psique experimenta fenómenos psíquicos desconocidos.






Más allá de los conceptos ampliamente aceptados por nuestra ciencia existe otra dimensión que nos conecta directamente con un universo ancestral, donde el lenguaje simbólico, atávico y arquetípico nos conecta con la naturaleza y nuestro ser primordial. Es muy probable que las iniciaciones chamánicas, el folklore de muchos pueblos, las religiones y lo mitos estén basados y construidos sobre esporádicos contactos con esta nueva realidad, donde las capacidades psíquicas humanas se revelan en su máxima amplitud. Las revelaciones desde esta nueva realidad son portadas por "emisarios" surgidos de la propia colectividad humana que se expresan en el lenguaje simbólico de los sueños y la creatividad. Las "etiquetas/definición" de estas “entidades/emisarias” (extraterrestres, duendes, hadas, ángeles, etc.) son producidas y surgen de nuestra propia participación inconsciente en la elaboración de un "puente" que nos introduce en esta nueva realidad cognitiva. Y es precisamente en este "puente" donde se origina el "mundis imaginalis" que nos puede llevar hasta un conocimiento que sobrepasa nuestro entendimiento, o podemos quedarnos estancados, extasiados por nuestros sentidos, elaborando artificiosos mitos creados a partir de estas "visiones". El agente externo es un “resorte” inteligente, un mecanismo de una conciencia cósmica (¿inconsciente colectivo?), un “barquero” que nos quiere llevar al otro lado de la orilla, donde quizás aguardan muchos secretos de nuestra propia existencia.

Por lo que los encuentros cercanos con OVNIs y demás manifestaciones anómalas con diferentes entidades y criaturas, no sería otra cosa que "ruido" provocado por nuestra propia conciencia, que nublada por numerosos estereotipos socioculturales/religiosos/filosóficos, producto de nuestro miedo a este nuevo estadio mental, nos hace crear toda una rica mitología en seres fantásticos y desconocidos. Como si las interferencias de nuestros contactos fueran la última realidad expresada por este nuevo universo. Ya que nuestra psique cuando se halla frente a este paradigma, en dicho puente, es capaz de construir (con un alto grado de imaginería y creatividad) una nueva realidad paralela que nos parece real e incuestionable. Sin saber que la verdadera realidad cognitiva que nos aguarda al otro lado es mucho mas profunda, sabia y natural de lo que imaginamos.










JOSE ANTONIO CARAV@CA


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