¿Quién está detrás del fenómeno ovni?
Para empezar, hay que dejar claro que nos hallamos ante un fenómeno real, desconocido e inexplicado por nuestra ciencia. Sobre todo, existen 4 puntos que nos indican la verdadera dimensión de este enigma:
1.- La universalidad de las experiencias, y su efecto en personas de toda índole y cultura.
2.- La existencia de incidentes narrados por testigos desconocedores del paradigma pero que, inexplicablemente, se ajustan a los patrones establecidos por el propio fenómeno.
3.- Que las experiencias puedan ser observadas por varios testigos conjuntamente o de forma independiente.
4.- La existencia de pruebas físicas asociadas a las experiencias: huellas, rastros, quemaduras, etc.
Evidentemente, mis planteamientos están muy alejados de la HET y de los pretendidos visitantes alienígenas, y por ello he establecido el término «agente externo» (AE) para definir de forma genérica y sin limitaciones al responsable de este tipo de manifestaciones. Sin duda, a lo largo de los siglos, bajo diversas etiquetas, el ser humano ha sido testigo de diversos encuentros con criaturas y seres desconocidos (daemones, ángeles, hadas, demonios, extraterrestres) que tienen algo en común: son tremendamente esquivos y poco dados a revelar su verdadera naturaleza y procedencia, además de ser efímeros. Pero lo más extraño es que todos estos encuentros parecen ocurrir fuera de nuestra percepción ordinaria. Personalmente, estoy convencido que el AE sirve como catalizador para que nuestra psique pueda acceder a tener esporádicos «contactos» con porciones desconocidas de nuestra realidad —quizás otras dimensiones—, aunque en última instancia nada de lo observado respondería a una realidad empírica —tal y como nosotros la concebimos—. El AE también podría ser algún tipo de «entidad» energética, que necesitaría de las creencias humanas, o de la propia interacción con las personas, para «subsistir», pero, incluso, estas manifestaciones podrían ocultar algún tipo de proceso psíquico desconocido vinculado con el inconsciente colectivo de Jung. Hay que tener en cuenta que, probablemente, de añejos paradigmas reactualizados brotó el tema de los «visitantes extraterrestres», enmarcados en una época muy determinada y como sustitutos naturales en nuestro particular altar de los arcaicos «dioses» y las desfasadas «entidades» sobrenaturales que siempre nos han acompañado. Por lo tanto, creo que los ovnis, ante todo, son un fenómeno «psicodimensional» que en determinadas circunstancias interacciona con nuestro medio físico produciendo un amplio espectro de repercusiones altamente maleables debido a nuestra participación inconsciente —por su evidente importancia, en el capítulo final del presente libro ampliaremos esta definición sobre nuestro misterioso agente «distorsionador».
(de mi libro Distorsión. Ovnis, apariciones marianas, bigfoots, hadas, fantasmas y extrañas criaturas ¿una teoría explicativa? Editorial Guante Blanco. 2019)
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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