sábado, 6 de septiembre de 2025

LA TEORÍA DE LA DISTORSIÓN: UNA FRONTERA PARA ENTENDER LOS ENCUENTROS CON LO IMPOSIBLE


Durante décadas, el fenómeno OVNI ha sido abordado principalmente desde dos grandes marcos explicativos: el modelo extraterrestre clásico, que postula que los informes señalan la visita clandestina de seres procedentes de otros mundos, y el modelo psicosocial, que interpreta los avistamientos como construcciones culturales, errores perceptivos, engaños o mitologías modernas (sustitutos de la religión). Sin embargo, ambos enfoques han demostrado limitaciones: uno tiende a la excesiva credulidad sin evidencia concluyente; mientras que el otro, al reduccionismo escéptico que ignora la riqueza y complejidad del fenómeno.

DISTORSIÓN: UNA FRONTERA PARA ENTENDER LOS ENCUENTROS CON LO IMPOSIBLE

Durante décadas, el fenómeno OVNI ha sido abordado principalmente desde dos grandes marcos explicativos: el modelo extraterrestre clásico, que postula que los informes señalan la visita clandestina de seres procedentes de otros mundos, y el modelo psicosocial, que interpreta los avistamientos como construcciones culturales, errores perceptivos, engaños o mitologías modernas (sustitutos de la religión). Sin embargo, ambos enfoques han demostrado limitaciones: uno tiende a la excesiva credulidad sin evidencia concluyente; mientras que el otro, al reduccionismo escéptico que ignora la riqueza y complejidad del fenómeno.

En este contexto, la teoría de la Distorsión representaría una vía intermedia. No niega la realidad del fenómeno, pero la redefine más allá de su aparente literalidad. No rechaza los testimonios pero los reinterpreta entendiendo que lo percibido no es necesariamente lo que se cree ver.

EL NÚCLEO DE LA DISTORSIÓN: UNA EXPERIENCIA INDUCIDA Y PERSONALIZADA

La Teoría de la Distorsión (TD) propone que los encuentros cercanos son reales, sí, pero lo que vemos no lo es. No se trata de naves espaciales ni de seres biológicos. Lo que el testigo percibe y siente es una especie de proyección inmersiva, una experiencia vívida que parece venir de fuera, pero que en realidad nace en parte de su propia mente. Eso sí, impulsada por un “agente externo” que, hasta ahora, sigue siendo un misterio pero que opera desde lo que se podría considerar porciones de la realidad desconocida.

Este agente —del que nada se conoce aún salvo su capacidad de interactuar hasta límites insospechados con la mente humana— utiliza el banco de recuerdos, ideas, emociones y creencias del testigo para construir una experiencia única, irrepetible y, que en muchos casos, se revela como profundamente transformadora. Estaríamos pues, ante una "distorsión de la realidad que activa arquetipos mentales muy profundos y atávicos. Asimismo, los abundantes casos documentados en los que se menciona algún tipo de comunicación entre la mente humana y el fenómeno, ya sea a través de respuestas en los movimientos de los objetos a los pensamientos del observador, experiencias de telepatía, presentimientos o premoniciones de futuros encuentros, llamadas inexplicables y otros episodios semejantes, sugieren la existencia de una conexión que podría ser clave para entender el fenómeno.

LOS PUNTOS OSCUROS QUE EXPLICA LA DISTORSIÓN

1.- LA NO REPETICIÓN: La variedad de formas y entidades descritas en los testimonios resulta asombrosa: se habla de naves con aspecto de calderos, de platillos volantes, de humanoides enfundados en trajes ceñidos con antenas relucientes, e incluso de figuras con apariencia animal o robótica. Esta diversidad, lejos de ofrecer un patrón uniforme, parece reflejar tanto la imaginación del observador como las expectativas culturales y tecnológicas de cada época, conformando un mosaico simbólico que cambia y se adapta con el tiempo.

La TD explica esta infinita galería de tropa espacial como una consecuencia derivada de un proceso entre el agente humano y el psiquismo de los testigos. Según esta visión, la mente humana no percibe el evento tal cual es, sino que lo "traduce" o recubre simbólicamente, utilizando elementos disponibles en su entorno cultural, emocional e imaginativo. Es un proceso de adaptación que actúa como una especie de filtro mental o barniz terrenal, necesario para hacer comprensible lo vivido. Este recubrimiento simbólico cubre un doble propósito, no solo permite procesar cognitivamente la experiencia, sino que también la integra dentro de un marco de sentido personal, social y cultural. Así, lo que podría ser una realidad inasumible o ajena se transforma en una narración aceptable, aunque llena de ambigüedades, que se ajusta a las coordenadas mentales del testigo o de la sociedad.

2.- EL ABSURDO: La mayoría de los investigadores nunca han podido integrar o convivir con el factor absurdo omnipresente en muchos eventos ufológicos. Y es que muchos encuentros tienen una estructura similar a los sueños: acciones inconexas, elementos mundanos incrustados en escenarios tecnológicos, desapariciones súbitas, alteraciones espacio temporales, etc. Esto se entiende dentro de la TD como el resultado de una experiencia no sujeta a las leyes físicas habituales, sino a la lógica del inconsciente, ya que el proceso que lleva a la manifestación de estos fenómenos se produce en una porción de realidad que podríamos considerar intermedia entre lo externo y lo interno. Lo físico y lo psíquico.

3.- LA CARGA PSÍQUICA: Los testigos suelen recordar la experiencia como intensamente real aunque en ocasiones parezca algo ilusoria, onírica o imaginal. Esto es coherente con la idea de una experiencia diseñada para impactar en la conciencia humana, no necesariamente para ser comprendida dentro de nuestros parámetros.

4.- LA FALTA DE EVIDENCIAS FÍSICAS: Las manifestaciones del fenómeno aunque materiales en ocasiones, mantienen una ambigua existencia dual física/psíquica, en un nivel que está fuera del alcance de nuestro entendimiento mecanicista.

EL TESTIGO COMO CO-CREADOR

Uno de los elementos fundamentales de la TD es su concepción del testigo como coautor de la experiencia. No es un receptor pasivo que observa un objeto externo, sino un participante activo cuya mente, llegado el momento, proporciona el material con el que el fenómeno se reviste. Esto no implica que todo sea subjetivo o imaginado. Muy por el contrario: la experiencia es impuesta desde fuera, pero construida desde dentro.

Este modelo abre nuevas vías para comprender no solo los encuentros OVNI, sino también fenómenos extraordinarios de carácter visionario como apariciones religiosas, experiencias con difuntos, experiencias chamánicas, o incluso manifestaciones del folclore antiguo. Todos ellos podrían ser variantes culturales de un mismo núcleo de Distorsión. La TD no solo ofrece un marco explicativo para los encuentros anómalos sino que también plantea preguntas sobre la naturaleza de la realidad, la conciencia y los límites de lo humano. ¿Qué o quién es el agente externo? ¿Con qué fin se induce la experiencia? ¿Es esta distorsión una forma de contacto simbólico con una inteligencia no humana? ¿O es una especie de prueba, una simulación destinada a confrontarnos con lo desconocido en nuestra propia psique?

CONCLUSIÓN: UNA NUEVA FRONTERA

La TD no busca de ninguna de las maneras eliminar el componente desconocido del fenómeno, sino replantear los conceptos e ideas que han estado presentes en la literatura ufológica desde sus orígenes. No afirma que los testigos mientan, ni niega que algo real fuera de nuestro alcance esté ocurriendo. Lo que propone es una forma interpretar el fenómeno: no como una intrusión física de entidades extraterrestres, sino como una interacción simbólica con una realidad aún no definida, capaz quizás de expandir la conciencia humana hacia nuevas y reveladoras fronteras cognitivas.

 

 



 JOSE ANTONIO CARAV@CA


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