Todo el
mundo recuerda la película Matrix (1999) por sus extraordinarios y originales
efectos especiales nunca vistos antes en la gran pantalla… ¿Quién no se
sorprendió al ver cómo, casi de forma inexplicable, las balas surgían
lentamente de los cañones de las pistolas para poder ser esquivadas por el
protagonista?. Imaginamos que había una persona, además de los hermanos
Wachowskis (directores y guionistas de la película) que conocían este espectacular
“efecto”… ¡¡¡Un testigo OVNI!!!…
El 25 de Octubre de 1974, Carl Higdon, de 41 años, había
decido ir a cazar al Parque Nacional de Medicine Bow en Wyoming (USA). Serían
las 16:15 horas, cuando nuestro protagonista, tras separarse de su compañero
encontró un grupo de alces en medio de un claro. Tras apuntar con su rifle al
macho de mayor tamaño apretó el gatillo esperando hacer un certero blanco.
Entonces ocurrió lo imposible. Higdon comprobó pasmado como la bala salía del
rifle, a escasa velocidad, sin hacer el menor ruido, cayendo inexplicablemente
a tan solo 15 metros de distancia. Inmediatamente, el testigo sintió como una
"campana de silencio" envolvía los alrededores. "¡No podía creer
a mis sentidos! -dijo Higdon a los
investigadores- En lugar de una poderosa explosión, la bala de 7 milímetros
surgió del cañón de la pistola sin hacer ruido y a cámara lenta. Flotaba como una mariposa (...) Yo estaba asombrado. Me quedé helado. A mi alrededor había un silencio
doloroso. No se oía ni el canto de un
pájaro o el susurro de las hojas en los árboles cercanos. La única sensación que podía detectar era una
sensación de hormigueo que se arrastró por mi columna vertebral. Esto es similar a la sensación que se dan a
menudo antes de una
feroz tormenta, cuando el aire está cargado de electricidad estática”. En esos
momentos un extraño humanoide vestido de negro, y no era el agente Smith,
surgió de la maleza para conducirlo al interior de una nave espacial…. Pero esa
es una historia que ya narraré en otra ocasión….
JOSE ANTONIO CARAV@CA
Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor. Propiedad de José Antonio Caravaca.