jueves, 2 de diciembre de 2021

OVNIS: EL INTERMINABLE MANTRA DEL RADAR







Los entusiastas de la hipótesis extraterrestre (HET) creen que tienen en su poder un as en la manga para confirmar sus ideas sobre el origen sideral de los OVNIS. Y es que consideran que los avistamientos detectados por el radar demuestran sin lugar a dudas que estamos ante objetos físicos y  que solo la posibilidad de los visitantes alienígenas se ajusta a este parámetro. Sin embargo en la mayoría de debates que se argumentan los ecos del radar para defender las ideas basadas en las tuercas y tornillos, se pasa de puntillas sobre los encuentros cercanos con OVNIS. Y es por eso, que casi ningún defensor de la HET quiere profundizar en sus conclusiones más allá de las primeras y livianas capas ofrecidas por el fenómeno, o sea los avistamientos lejanos protagonizados por pilotos y radares, y para ello, no dudan incluso en despreciar, ignorar o reinterpretar el resto de la casuística, exponiendo o que se trata de engaños o episodios que nada tienen que ver con sus estimados extraterrestres. Solo de esta forma el radar se erige en una prueba de fe incuestionable, convertido en un interminable mantra que siempre resuena en cualquier conversación sobre la procedencia de los OVNIS para intentar (en vano) ahuyentar los miedos y recelos de cualquier otro planteamiento heterodoxo que ponga en aprietos la supremacía extraterrestre.





JOSE ANTONIO CARAV@CA


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lunes, 1 de noviembre de 2021

DISTORSIÓN: ¿Y SI LOS OVNIS FUERAN ALGO MUY DISTINTO DE LO QUE HEMOS CREÍDO HASTA AHORA?




¿Qué pasaría si nuestro enfoque sobre la naturaleza de los OVNIs hubiera estado errado? ¿Existe otra forma de encarar el enigma de los platillos volantes? ¿Qué es la teoría de la Distorsión? ¿En que lugar deja la hipótesis extraterrestre? ¿Es una idea excluyente con la posibilidad de un factor exógeno al ser humano? En exclusiva para los lectores de CODIGO OCULTO vamos a ofrecer algunas claves de esta sugerente y apasionante idea.


Para empezar, hay que señalar que la Teoría de la Distorsión (TD) es un planteamiento que tiene nexos en común con la hipótesis psicosocial (Monnerie) y con algunos aspectos incluidos en la denominada paraufología (Clark, Vallée, Grosso, Freixedo, Keel), aunque como principal contraste habría que apuntar que su finalidad o propósito no se limita a esclarecer el presunto origen de este fenómeno, sino que su esfuerzo se concentraría en intentar aproximarse al modus operandi de los encuentros cercanos con OVNIs, quizás, con mucha diferencia las experiencias con mayor carga de alta extrañeza de todo lo que nos ofrece el paradigma. Por lo que las preguntas básicas que espera responder la TD son algo distintas de las habituales que suelen hacerse los estudiosos en esta materia: ¿por qué la gente tiene este tipo de extraños encuentros?, y sobre todo ¿por qué los experimentan de una forma tan personalizada y subjetiva? En síntesis, desgranar el funcionamiento interno de estas experiencias anómalas (que por cierto es casi lo único que podemos hacer al no disponer de una nave o un ocupante para su estudio). 


UN FENOMENO SIN MEMORIA

Y es que, si analizamos detenidamente la casuística ufológica, los miles de relatos, comprobaremos que lejos de presentar una perfecta uniformidad en su puesta en escena, lo que se traduciría en la recogida de variados testimonios de un mismo tipo de nave y ocupantes volando y aterrizando de un lugar a otro, lo que encontramos en realidad son múltiples versiones fuertemente «personalizadas» de un mismo concepto: la furtiva llegada a nuestra planeta de unos exploradores extraterrestres, ya que cada testigo, en contra de las previsiones, se topa con un platillo volante y un ufonauta diferente. Como si el fenómeno OVNI no tuviera memoria estética y continuamente asistiéramos a una reiniciación de la escenografía expuesta ante los observadores desde cero. ¿Pero como es esto posible?, ¿estamos siendo visitados por cientos de civilizaciones diferentes?, ¿o por el contrario nuestros sentidos están siendo engañados o manipulados por una inteligencia desconocida para que cada persona los vea de una forma diferente?, ¿quiere decir esto que los OVNIs utilizan un inquietante camuflaje psíquico para encubrir sus incursiones?



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JOSE ANTONIO CARAV@CA


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domingo, 3 de octubre de 2021

ENCUENTROS CERCANOS CON OVNIS: SINGULARIDADES ESPACIO TEMPORALES


 



La casuística ufológica está repleta de eventos sin par. Casos que ocurren como estallidos únicos de una realidad quimérica que se abre paso ante los testigos con una arrolladora fuerza visual. Definitivamente los encuentros cercanos con OVNIS carecen en su mayoría de memoria. La información del fenómeno, inexplicablemente, no se traslada de un sitio a otro. No encontramos asideros en los que sostener nuestros planteamientos. Y es que más allá de cualquier conclusión somera o desvirtuada que podamos realizar sobre estas apariciones dejándonos seducir y arrastrar por la imagen hipnótica que nos trasmiten las irrupciones de naves y seres, las manifestaciones OVNIS son extraordinarias y desconocidas singularidades espacio temporales que brotan en determinados lugares y ante escogidos testigos para no volver a reproducirse jamás. Como si nunca hubieran existido más allá de ese instante. Cómo si no tuvieran vida más allá de ese fugaz contacto con los observadores. Y aunque la mayor parte de la literatura OVNI se vertebra alrededor de una misma idea, un mismo concepto, la visitación alienígena, su desarrollo es impredecible e intransferible, como si el paradigma ante el que estamos expuestos pudiera personalizarse al interactuar con los testigos. Que los platillos volantes se puedan detectar en el radar o que dejen huellas en sus eventuales aterrizajes no puede nublar nuestra razón a la hora de catalogar estos fenómenos. Las evidencias físicas de estas experiencias y su aparente escenografía tecnológica no deben conducirnos a conclusiones apresuradas. Los encuentros cercanos no son lo que aparentan, más bien debemos interpretarlas como complejas singularidades espacio temporales, cuasifísicas, pero enmarcadas dentro de una realidad cognitiva inmersiva, arquetípica y ancestral.

 




JOSE ANTONIO CARAV@CA

 

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domingo, 26 de septiembre de 2021

ENCUENTROS ARCANOS QUE NO CERCANOS CON OVNIS







La interpretación de la génesis de la ufología ha sufrido una notable evolución con el paso de los años, de la hipótesis extraterrestre básica (Keyhoe, Benítez, Ribera), se pasó a una redefinición del origen del fenómeno incidiendo en la posibilidad de que los ovnis procedieran de universos paralelos o dimensiones ignotas (Vallée, Keel, Darnaude, Michel), y todo para intentar encontrar encaje al componente anómalo y paranormal presente en muchas de estas experiencias. Sin embargo, ambas posturas seguían compartiendo los mismos puntos generales: la existencia de unas entidades inteligentes ajenas al ser humano, y la presencia de extrañas aeronaves desconocidas que interactuaban en nuestro medio. Posteriormente surgió la posibilidad de que los platillos volantes fueran un fenómeno radicalmente diferente de todo lo que habíamos establecido hasta la fecha, y a raíz de los planteamientos del famoso psicoanalista Carl Jung, surgieron otros planteamientos que contemplaban que los ovnis no eran ni vehículos ni había inteligencias extraterrenas detrás de estas apariciones (inconsciente colectivo y fenómenos psícoides). La Distorsión sigue en cierta medida esta última estela al considerar los ovnis y sus ocupantes como una suerte de artificiosa pantalla sociocultural elevada por nuestra psique y que oculta, de manera involuntaria y no premeditada, un misterioso y desconcertante paradigma de orden cognitivo.




JOSE ANTONIO CARAV@CA


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lunes, 16 de agosto de 2021

¿SON LOS OVNIS FENÓMENOS PURAMENTE TECNOLOGICOS O SON PRODUCTO DE OTRO TIPO DE PARADIGMA DESCONOCIDO?

 






En el año 1962 el famoso escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke dijo que: “Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Y convencidos de esta máxima, muchos ufólogos han señalado que las capacidades ostentadas por el fenómeno OVNI son prácticamente incomprensibles para nuestra ciencia, por lo tanto, deben esconder una fastuosa ciencia venida de las estrellas. Pero hasta la fecha, con la casuística ufológica bajo el brazo, no tenemos ninguna certeza de peso que señale que las extraordinarias y desconocidas capacidades y propiedades expuestas por los platillos volantes y sus ocupantes se deba a la existencia de una tecnología extraterrestre desplegada ante nuestros ojos. De hecho las evoluciones de extrañas luminarias en el cielo, la aparición y desaparición de humanoides, las interferencias electromagnéticas, las paralizaciones de testigos, la levitación de entidades o que algunos objetos u seres puedan atravesar la materia, han sido descritos en muchos otros contextos sobrenaturales desde hace cientos de años sin que hasta la fecha se haya pensado que se trataba producto de una ciencia desconocida, sino más bien como la manifestación de una realidad que normalmente parece vedada a los sentidos ordinarios y que posee unas características que podrían denominarse mágicas. Y etiquetas no han faltado para intentar encasillar estas manifestaciones. Por lo que queda claro que la semejanza de los OVNIS con estos otros fenómenos extraños podría indicar que hemos estado reinterpretando, quizás influenciados bajo nuestros sesgos culturales, una serie de paradigmas que desde los albores de la historia han estado presente en diferentes culturas humanas y que parecen reaccionar a nuestra presencia cambiando y metamorfeando su apariencia externa. Curiosamente las comunicaciones telepáticas no son tampoco un recurso exclusivo de los tripulantes de los OVNIS, sino que prácticamente todas las entidades que nos han salido al paso, han utilizado este medio para comunicarse con nosotros. Pero solo a partir de la segunda mitad del siglo XX los estudiosos comenzaron a considerar que algunas de estas manifestaciones anómalas podrían encubrir una fastuosa tecnología alienígena, pero ¿Estamos completamente seguros de esto? ¿Podemos asegurar que los OVNIS, sus ocupantes y fenómenos colaterales son consecuencia de la irrupción en un nuestro planeta de una ciencia de otros mundos? Y más teniendo en cuenta, que muy pronto los ufólogos anotaron que junto a las apariciones de platillos volantes y ufonautas hacían acto de presencia otra serie de fenómenos tales como poltergeist, precogniciones, extraños sueños, etc. que no eran inéditos para los investigadores de otras materias heterodoxas. Por lo que realmente nada de lo expuesto por el paradigma OVNI, salvo su particular escenografía (con ciertos matices), ha sido completamente desconocido para nosotros, pero obviamente lo que sí ha cambiado es la interpretación que le hemos dado a estas visiones.

Bajo nuestro punto de vista tecnificado los encuentros con "maquinas" y luminarias desconocidas solo pueden tener un origen tecnológico extraterrestre... pero ¿Estamos seguro de este enfoque?

La casuística OVNI está plagada de seres desconocidos, extraños ufonautas que levitan, atraviesan paredes y emiten luz... ¿Entidades de otros planetas o un fenómeno ancestral de carácter cognitivo que ha acompañado al ser humano desde los albores de la historia?





Que un visitante nocturno inesperado irrumpa en nuestro dormitorio nunca ha sido considerado una injerencia extraterrestre con fines científicos hasta que nuestra civilización ha contextualizado estas apariciones bajo un determinado marco explicativo en consonancia con una supuesta tecnología que permitiría a los alienígenas atravesar paredes para llegar hasta nosotros. Pero obviamente este planteamiento ignora que toda clase de entidades han realizado estas mismas tropelías desde los albores de la historia, en ámbitos tan diversos como el religioso, el místico o el filosófico.

En los últimos setenta años miles de personas han descrito unas increíbles apariciones que parecían simular en su apariencia ser resultado de una inalcanzable ciencia extraterrestre,  aunque sin embargo por otro lado, la semejanza con nuestro propio desarrollo evolutivo (antropomorfización de los ocupantes) y tecnológico (escafandras, respiradores autónomos, pistolas de rayos, escalerillas, antenas, ventanas, consolas de mandos, etc.) hacía sospechar a muchos estudiosos que podría tratarse de algún tipo de espejismo o distorsión sociocultural de nuestra propia civilización elevada por un fenómeno que no sabemos decodificar convenientemente. Por tanto no se puede descartar que lo que hemos interpretado erróneamente  hasta la fecha como encuentros cercanos con seres extraterrestres sea producto de otro tipo de fenómenos o cuestiones relacionadas con la percepción humana de resquicios desconocidos de nuestra realidad o de nuestro propio universo mental que a veces nos asalta fuera de las paredes de lo psíquico.

 



 


JOSE ANTONIO CARAV@CA


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jueves, 1 de julio de 2021

LA DICOTOMIA ENTRE OVNIS EN LA CERCANIA Y EN LA DISTANCIA





Desde prácticamente los inicios de la ufología moderna el comportamiento de la casuística no ha hecho sino evidenciar que los avistamientos lejanos no tienen muchos puntos en común con los denominados encuentros cercanos. Ya que en las experiencias más próximas con los No Identificados es donde el paradigma se revela de una manera mucho más ambigua y desconcertante alejándose de nuestras presunciones asumidas sobre el origen del fenómeno. Y es que no podemos negar que existe una diferencia abisal y sustancial, en la forma y en el fondo, entre ambas facetas del paradigma OVNI y aunque las dos comparten evidentes rasgos comunes no parece, tras analizar a fondo la cuestión, que  se ajuste exactamente al mismo fenómeno, al menos en la forma de experimentarlo. Pero ¿cómo es esto posible? ¿Acaso los avistamientos lejanos engendraron el nacimiento de otro fenómeno diferente? Las dudas e interrogantes que surgen del estudio de la literatura ufológica son amplias y diversas, y hasta que no lleguemos a acotar cual es la verdadera dimensión de los encuentros cercanos con OVNIS no avanzaremos en la comprensión del fenómeno. 






JOSE ANTONIO CARAV@CA


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viernes, 11 de junio de 2021

¿DE QUE ESTÁ HECHA LA MATERIA DE LOS OVNIS?

 





Siempre me he cuestionado donde estarán todos esos OVNIS, de distinto tamaño, color y forma que hemos recogido a lo largo de los años en la enorme casuística de los denominados encuentros cercanos. Me pregunto si estarán todos almacenados limpios y relucientes en un enorme hangar oculto de miradas indiscretas o si por el contrario se disolverán con la misma facilidad que nuestros sueños una vez han sido vivenciados. Y es que no es viable, si siquiera sensato que todos los OVNIS mostrados en cientos de libros y miles de artículos obedezcan a una realidad empírica tal y como nosotros la concebimos. En absoluto. No podemos estar ante el despliegue estelar de miles de prototipos diferentes de OVNIS y ufonautas. No es asumible pensar que somos el ombligo del universo y recibir millones de visitantes diferentes. Por tanto, aunque no sea del agrado de los ufólogos tradicionalistas, la materia que integra este desconcertante fenómeno está más próxima a la efímera sustancia que da vida a los pensamientos, la imaginación y los sueños más que a una chapa abotonada con tornillos y tuercas. Pero esto no quiere decir que, en un momento dado, el paradigma OVNI sea intrascendente y que no pueda repercutir sobre el medio en el que se manifiesta y sobre las personas. Sea lo que sea este fascinante fenómeno, su conjunción e interacción con el ser humano va más allá de todo lo que intuimos hasta el momento, para provocar una muy detallada escenografía basada en conceptos socioculturales, que a veces, y bajo circunstancias no aclaradas puede volverse momentáneamente físico. Como si nuestra psique ejerciera de filtro para decodificar la señal de una realidad ampliada oculta a nuestros sentidos ordinarios. Y es muy posible que las interferencias que provoca nuestra mente, a la hora de interpretar estas manifestaciones, nos impide relacionarnos abiertamente con este universo cognitivo desconocido del que podemos aprender muchas cosas, pero seguramente este conocimiento no tiene nada que ver con lo que algunos esperan. Hay una vasta realidad que no nos muestra nuestra idolatrada ciencia del átomo y los neutrinos... Y los encuentros cercanos con OVNIS están íntimamente ligados a la esencia del ser humano y su posición en el universo. Así que nuestros esfuerzos por colocar a los platillos volantes en un tubo de ensayo y someterlo a un microscopio serán tan eficaces como intentar atrapar un sueño con las manos…







JOSE ANTONIO CARAV@CA


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domingo, 2 de mayo de 2021

CLAVES DEL FENOMENO OVNI





 ¿Quién está detrás del fenómeno ovni? 

Para empezar, hay que dejar claro que nos hallamos ante un fenómeno real, desconocido e inexplicado por nuestra ciencia. Sobre todo, existen 4 puntos que nos indican la verdadera dimensión de este enigma: 

1.- La universalidad de las experiencias, y su efecto en personas de toda índole y cultura. 

2.- La existencia de incidentes narrados por testigos desconocedores del paradigma pero que, inexplicablemente, se ajustan a los patrones establecidos por el propio fenómeno. 

3.- Que las experiencias puedan ser observadas por varios testigos conjuntamente o de forma independiente. 

4.- La existencia de pruebas físicas asociadas a las experiencias: huellas, rastros, quemaduras, etc. 

Evidentemente, mis planteamientos están muy alejados de la HET y de los pretendidos visitantes alienígenas, y por ello he establecido el término «agente externo» (AE) para definir de forma genérica y sin limitaciones al responsable de este tipo de manifestaciones. Sin duda, a lo largo de los siglos, bajo diversas etiquetas, el ser humano ha sido testigo de diversos encuentros con criaturas y seres desconocidos (daemones, ángeles, hadas, demonios, extraterrestres) que tienen algo en común: son tremendamente esquivos y poco dados a revelar su verdadera naturaleza y procedencia, además de ser efímeros. Pero lo más extraño es que todos estos encuentros parecen ocurrir fuera de nuestra percepción ordinaria. Personalmente, estoy convencido que el AE sirve como catalizador para que nuestra psique pueda acceder a tener esporádicos «contactos» con porciones desconocidas de nuestra realidad —quizás otras dimensiones—, aunque en última instancia nada de lo observado respondería a una realidad empírica —tal y como nosotros la concebimos—. El AE también podría ser algún tipo de «entidad» energética, que necesitaría de las creencias humanas, o de la propia interacción con las personas, para «subsistir», pero, incluso, estas manifestaciones podrían ocultar algún tipo de proceso psíquico desconocido vinculado con el inconsciente colectivo de Jung. Hay que tener en cuenta que, probablemente, de añejos paradigmas reactualizados brotó el tema de los «visitantes extraterrestres», enmarcados en una época muy determinada y como sustitutos naturales en nuestro particular altar de los arcaicos «dioses» y las desfasadas «entidades» sobrenaturales que siempre nos han acompañado. Por lo tanto, creo que los ovnis, ante todo, son un fenómeno «psicodimensional» que en determinadas circunstancias interacciona con nuestro medio físico produciendo un amplio espectro de repercusiones altamente maleables debido a nuestra participación inconsciente —por su evidente importancia, en el capítulo final del presente libro ampliaremos esta definición sobre nuestro misterioso agente «distorsionador». 


(de mi libro Distorsión.  Ovnis, apariciones marianas, bigfoots, hadas, fantasmas y extrañas criaturas ¿una teoría explicativa? Editorial Guante Blanco. 2019)




JOSE ANTONIO CARAV@CA



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viernes, 2 de abril de 2021

¿QUE ES LA DISTORSIÓN?: ACLARANDO CONCEPTOS...




Con el paso de los años he comprobado como existen algunos lectores, aficionados y algún que otro investigador rezagado, que son incapaces de digerir la teoría de la Distorsión. Es más, creo que en realidad comienzan a rechazar de plano esta idea, sin propósito de enmienda, en el mismo momento que escuchan o leen, que de la ecuación se cae la todopoderosa y casi sagrada hipótesis extraterrestre. Y es muy probable que en parte también sea debido al uso de la palabra distorsión, un término que de alguna manera evoca para estas personas algún tipo de planteamiento que vincula las visiones de OVNIS con alucinaciones o trastornos mentales. Y lo más grave del asunto es que en infinidad de ocasiones he aclarado que mis esbozos no restan ni un ápice de misterio a los No Identificados. Pero esto no ha sido suficiente para que mucha gente siga en sus treces de pensar que la teoría de la Distorsión preconiza la inexistencia total de los OVNIS. Supongo que estos acérrimos críticos no pierden el tiempo leyendo mis artículos, más allá de sus llamativos y provocativos titulares y muchos menos se aproximan a la tarea de examinar mis ignominiosos libros. Para estas personas está claro que un servidor, es poco menos que un maldito escéptico o incluso un negacionista declarado del paradigma ufológico que defiende que los testigos «distorsionan» (patinan o desfasan) mentalmente cuando aseguran que han tenido un encuentro OVNI. Y tan seguros están de esto, que, cómo en un interminable bucle, una y otra vez, me lanzan las mismas tendenciosas preguntas como si hubieran descubierto el talón de Aquiles de mis ideas sin mucho esfuerzo. Y es por eso que en conferencias o comentarios de mis artículos suela encontrarme, como en un eterno déjà vu, unas repetitivas cuestiones que he contestado tantas veces que he perdido la cuenta: ¿Cómo explicas que los OVNIS se detecten en las pantallas del radar y se puedan fotografiar? ¿Qué pasa cuando un OVNI lo ven muchas personas a la vez, quiere decir que todos están distorsionando al mismo tiempo? ¿Las distorsiones pueden dejar huellas y marcas sobre el terreno? ¿Puede un perro detectar una distorsión? Y todo basado en la equivocada premisa de que la “gente distorsiona” es algo así como decir que los testigos son víctimas de potentes alucinaciones creadas por nuestra propia psique.

Pero obviamente todas están preguntas parten de un desconocimiento brutal de la teoría de la Distorsión. Solo se puede estar en legitimo desacuerdo con una idea cuando se conoce en profundidad. Por eso he querido aclarar muchos conceptos en este breve artículo.


EL MODUS OPERANDI DEL PARADIGMA

Para empezar, me gustaría aclarar que la teoría de la Distorsión nació con la única inicial intención de intentar decodificar de qué forma se producen los encuentros cercanos con OVNIS, o lo que es lo mismo ¿por qué la gente experimenta este tipo de extrañas visiones de alta extrañeza relacionadas con naves y ocupantes desconocidos y por qué cada individuo las ve e interpreta de una determinada forma? En un principio mi análisis no entraba tanto en valorar la naturaleza última del fenómeno OVNI, como el intentar poner sobre la mesa una serie de indicios y pistas que pudieran poner al descubierto los mecanismos que podrían estar detrás de estas manifestaciones. A mi entender había que explicar por qué los testigos protagonizaban estos fenómenos de una forma tan personal, subjetiva e intransferible.  O sea, profundizar en el modus operandi de los OVNIS, que era uno de los pocos aspectos del paradigma ufológico que la casuística nos permitía afrontar con ciertas garantias. Solo decodificando lo que nos ofrece los miles de testimonios acopiados podríamos a avanzar y desterrar ideas preconcebidas y heredadas. También es indispensable tener en cuenta que mi campo de estudio se centra en los encuentros cercanos con OVNIS, que de lejos exhiben una mayor y más confusa extrañeza que los avistamientos lejanos, por lo que, para muchos lectores, es difícil de entender el enorme salto que representa para la investigación y sus conclusiones, abordar este tipo de incidentes en comparación con las observaciones a cierta distancia de aeronaves no identificadas, donde el perfil fenomenológico de los OVNIS es mucho menor. Los denominados encuentros cercanos del tercer tipo demuestran que no estamos, ni mucho menos, ante un fenómeno estable, uniforme y con una memoria «estética» que podamos rastrear o seguir de un evento a otro. Independientemente que en ocasiones estas apariciones sean físicas, cosa que es indiscutible a estas alturas y que no se puede cuestionar, los OVNIS nunca han presentado continuidad, ya que la casuística nos señala que nunca hemos estado en presencia de la misma nave y unos mismos tripulantes (en un tour de exploración). Y esto es ya de por sí, un dato muy sospechoso a la par que delatador de por dónde pueden ir los tiros. Pero no para negar la realidad del fenómeno OVNI, sino para emprender caminos alternos a la hipótesis extraterrestre para hallar una explicación. Y es que los principales ingredientes que componen y dan forma al paradigma ufológico, o sea las pretendidas naves espaciales y sus ocupantes, han variado ostensiblemente a lo largo de los años, tanto en su tipología y anatomía, como en sus comportamientos hacia los testigos, demostrando que estas manifestaciones, sean lo que sean, se reiniciaran en cada encuentro prácticamente desde cero. Y esto demostraría, entre otras cosas, que el fenómeno OVNI, se modifica y reacciona de forma interactiva ante la presencia de los observadores. Pero no para cambiar su aspecto como un camaleón, sino para proyectar una nueva escenografía inmersiva.

La teoría de la Distorsión ha llegado a diferentes países ocasionando profundos debates sobre la naturaleza del fenómeno OVNI.

La teoría de la Distorsión ha sido traducida al ingles, japonés, griego, polaco, italiano, francés y portugués entre otros idiomas.




Por tanto, considero que ha sido un grave error por parte de una gran mayoría de estudiosos el intentar trasladar la idea a la opinión pública de la existencia de un fenómeno coherente y uniforme sobre el que diferentes personas de todo el mundo daban distintos pero unificadores testimonios. Los OVNIS jamás han poseído una fotografía fija. Como los sueños estas apariciones han estado sujetas a una amplia gama de interpretaciones y decodificaciones personales, además de un filtrado bajo aspectos socioculturales, que señalarían que el observador influye de manera decisiva en lo observado. Los OVNIS se edifican como un constructo social. Y si no aceptamos que nuestra psique modifica e interfiere de manera activa en el contenido escenográfico expuesto en las experiencias OVNIS estaremos muy lejos de llegar a una correcta interpretación del paradigma. Y esto añade otro dato importante, todos los análisis que efectuemos sobre la casuística tienen que tener en mente esta intromisión por parte de los testigos en el contenido expuesto por el fenómeno. De lo contrario nuestras hipótesis estarán confundidas ya que la arquitectura psíquica resultante de nuestra interacción con el paradigma proyecta una ficticia composición que adorna el fenómeno real con elementos y características que nada tienen que ver con su verdadera esencia. Para terminar, diré que estas manifestaciones anómalas parecen erigirse en un territorio liminal entre nuestra realidad y el lugar de donde proceden estos fenómenos (que puede ser incluso resquicios inexplorados de nuestra propia realidad), y esto podría explicar la compleja amalgama de factores parafísicos registrados en las apariciones ufológicas.

Por lo que solo entendiendo el modus operandi de los OVNIS en sus encuentros más próximos con los testigos, podremos dar el siguiente paso. Aventurarnos a descubrir al causante de estas fascinantes y perturbadoras apariciones.





JOSE ANTONIO CARAV@CA



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lunes, 1 de febrero de 2021

OVNIS ¿A QUE NOS ENFRETAMOS? ¿SERES EXTRATERRESTRES?




Pese a que numerosos investigadores siguen defendiendo que la HET (Hipótesis Extraterrestre) es la respuesta más acertada para explicar el fenómeno ovni, su coherencia ha sido puesta muy en duda en los últimos años. Y solo despreciando una gran parte del material informativo acopiado por los ufólogos es posible mantener, a día de hoy, que las visiones de estos artefactos y sus ocupantes pueden estar provocados por la llegada a nuestro planeta de una tropa de científicos extraterrestres. A mi entender existen nueve factores claves que debemos tener en cuenta a la hora de analizar este paradigma: 

1.- Diversidad infinita en las descripciones de aeronaves. (Ni siquiera en formas básicas como «platillos» o «esferas» existe unanimidad en tamaños o colores)

2.- Diversidad infinita en las descripciones de humanoides. 

3.- Exclusividad de cada incidente. Sin repetición en la casuística de la mayoría de los elementos y características observadas. 

4.- Elementos absurdos (hadas con escafandras, alienígenas cocineros...) 

5.- Características «paranormales» de los incidentes. 

6.- Ausencia total de evidencias de peso que confirmen la existencia de estas visitas «extraterrestres» 

7.- La no existencia de una trama global que pueda unir todos los incidentes en una gran historia. 

8.- Que aparentan ser fenómenos que se mueven entre dos universos antagónicos, el físico y el psíquico. 

9.- Informaciones esquivas que no determinan ni el verdadero origen, naturaleza o propósito de los ocupantes de los  ovnis.

La suma de estos factores nos arroja un resultado incierto e inquietante. ¿Cómo es posible todo esto? ¿Qué explicación puede tener la infinita capacidad del fenómeno para variar de un episodio a otro? ¿Por qué se reinicia en cada encuentro? ¿Por qué tiene un cariz absurdo e hilarante? ¿Por qué no hemos sido capaces de obtener una sola prueba irrefutable? ¿Cómo se regula el fenómeno para mantenerse en la «clandestinidad», pese a sus numerosas apariciones? ¿Cómo pueden «moverse» entre el universo real y el psíquico?

(Extracto de mi libro DISTORSIÓN. Ovnis, apariciones marianas, bigfoots, hadas, fantasmas y extrañas criaturas ¿una teoría explicativa?)






JOSE ANTONIO CARAV@CA


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domingo, 3 de enero de 2021

OVNIS: SOBRE MANDALAS QUE SE VEN EN LOS CIELOS


 



Mis estudios sobre los encuentros cercanos con ovnis han señalado que tanto la estética como la narrativa de dichos episodios están muy relacionados con el inconsciente de los testigos. Aunque la conclusión a la que he llegado es que más que pertenecer a un colectivo de creencias representadas a través de un único símbolo, el famoso mandala propuesto por Carl Jung, los ovnis y sus ocupantes parecen erigirse principalmente bajo la información psíquica perteneciente a un solo individuo (el testigo). 

Pero ¿qué significa esto? Por lo pronto que, por un lado, el fenómeno ovni se construye bajo patrones socioculturales muy específicos y por otro lado, que estos recursos son aportados, aunque de manera involuntaria, directamente por los testigos cuando están presenciando estas manifestaciones. Como si la decodificación del paradigma ufológico pasara bajo los particulares filtros de cada individuo que experimenta estos encuentros sin tener en cuenta los incidentes precedentes. Y aunque está claro que estamos enfrentados a experiencias globales, por el contrario, su desarrollo y composición es netamente personal, por lo que resulta muy complejo la unificación de criterios (a nivel de casos) más allá de poder registrar y anotar las características del modus operandi de estas irrupciones anómalas. Y es que, a mi entender, lo fundamental para empezar a comprender el enigma ovni, seria descifrar y comprender por qué los testigos ven lo que ven, y por qué lo perciben de esa determinada manera.

¿Y dónde nos lleva esto? A que, probablemente el fenómeno ovni no se está expresando bajo una única imagen o un único mensaje, sino que deja que cada testigo lo adorne o revista bajo un especifico aspecto que juega con el amplio estereotipo cultural de la visitación extraterrestre. Pero siempre desde el punto de vista humano.


Al margen de su realidad física, Carl Jung pensaba que los OVNIS eran proyecciones del inconsciente colectivo a través de un potente arquetipo universal; el mandala. Este símbolo era la representación de la divinidad encarnada en el ser humano a través del alma. Para el célebre psicólogo suizo los platillos volantes eran una suerte de mensaje catártico dirigido a la humanidad después de unos años convulsos y de grandes tensiones globales. 







En los sucesos de mayor proximidad con los testigos todo el escenario conformado parece estar muy relacionado con los protagonistas, como si la presencia de los observadores interfiriera de alguna manera en lo manifestado. Y esto explicaría la alta maleabilidad e inestabilidad de la casuística ufológica. 
Las descripciones de los elementos que componen el paradigma ovni (el binomio nave y ocupante) no son homogéneos o coherentes con un supuesto fenómeno estable de una naturaleza exclusivamente física ordinaria (que estamos siendo visitados por 1 o varias civilizaciones extraterrestres). Los ovnis parecen ser la manifestación de un fenómeno psicodimensional capaz de materializarse siguiendo las instrucciones estéticas y narrativas del inconsciente de los observadores, demostrando que tal vez toda nuestra literatura ufológica está sustentada sobre una coraza de creencias y factores socioculturales que arropan un paradigma genuino, pero filtrado (no confundir con interpretación) a nivel cognitivo por la interacción con los testigos.
Si los platillos volantes fueran el mensaje del inconsciente colectivo, mediante la efigie mítica del mandala propuesto por Jung, la imagen transmitida por el fenómeno ovni sería mucho más uniforme y hasta cierto punto estática, sin embargo, la casuística ufológica nos indica todo lo contrario. El círculo no es el símbolo primordial ni universal de los ovnis. Ni mucho menos. Cada individuo parece acceder a una aparente misma "señal", pero bajo sus patrones socioculturales la decodifica de una determinada manera anulando por completo el supuesto propósito (si es que existe) del emisor, al menos en cuanto a su apariencia.
 
 




 


JOSE ANTONIO CARAV@CA

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