Sin duda uno
de los aspectos más llamativos, desconcertantes y representativos de los
encuentros cercanos con OVNIs es su enorme diversidad. Y es que los archivos de
los investigadores aglutinan cientos de tipologías de “platillos volantes” y un
tanto de lo mismo sobre la morfología de los hipotéticos tripulantes
extraterrestres. ¿Es lógico pensar que exista tal disparidad y multiplicidad en
unos supuestos visitantes del espacio? ¿Es esto señal de que estamos siendo
visitado por infinidad de seres alienígenas?...
Probablemente
NO. Lo más sensato es cuestionar este planteamiento y reflexionar pausadamente
sobre la verdadera naturaleza del fenómeno OVNI y sus posibles vinculaciones
con la psique humana.
Ni siquiera
en los casos más análogos los investigadores son capaces de extraer algunas vagas
similitudes o conclusiones sobre los tamaños, apariencia y comportamientos de
los elementos puestos en funcionamiento en un encuentro cercano con OVNIs. Un
claro ejemplo de lo que decimos, lo encontramos representado en tres casos
clásicos de aterrizaje OVNI de la época dorada de los cincuenta.
HUMANOIDES
SALTARINES
El 1 de julio de 1953, en el pequeño pueblo de Villares del
Saz (Cuenca) un joven pastor Máximo Muñoz Hernaiz de 13 años se encontró
también con unos pequeños tripulantes de un OVNI. Mientras se encontraba
cuidando un rebaño de vacas, sobre las 14:00 horas, escuchó tras de él, un
fuerte silbido, semejante al ruido que provocaría un gran globo al desinflarse.
Tras darse la vuelta, se encontró, a escasos 4 metros de su posición,
con algo asombroso, que el testigo definió como una reluciente «tinaja con
cuatro patas» de color amarillo (quizás metálico). Asombrado estaba el pastor,
cuando, del artefacto de 1,30
metros de altura por 30 cm de ancho, salieron 3
individuos de unos 70 cm
de altura, a través de una puerta que había en la parte superior de la tinaja.
Los seres, “tietes” (enanos) en palabras del testigo, tenían la tez amarilla, los
ojos rasgados y vestían un mono azulado, brillante, y en la cabeza llevaban
unas “gorras” con las viseras chatas. Los hombrecillos hablaban en un idioma
ininteligible para el asustado pastor, que vio cómo los seres le rodearon para
que uno de ellos le “propinara” una suave bofetada con su mano “helada y
reluciente”.
Del interior de la "tinaja voladora" surgieron tres pequeños seres saltarines. |
Acto seguido, y sin terciar más
palabra, los “simpáticos tietes”, ayudados por una pieza que había en el
artefacto, se encaramaron con agilidad al interior de la aeronave dando saltos.
Máximo observó que los tripulantes poseían en su brazo derecho una chapa
redonda (quizás un emblema o símbolo que no distinguió). En medio del
estremecedor silbido, la tinaja inició el vuelo, aumentando notablemente su
resplandor, mientras el testigo, aterrorizado, emprendió la huida. El
comandante del puesto de la Guardia Civil
acudió al lugar, y encontró 4 huellas de unos 5 cm de profundidad, y 2´5 cm
de diámetro. Las marcas formaban un cuadrado perfecto de36 cm de lado. Los
investigadores hablaron con más testigos que vieron un raro artefacto volador
pequeño, en las fechas del incidente del joven pastor.
CABEZAS PLANAS
El 25 de octubre de 1954, en Col Cerasa
de Cingoli (Macerata, Italia). Dos niños de 12 años, Marziano Giampieri y
Pacifico Santucci, vigilaban un rebaño de ovejas en una pradera, cerca del
monte Sgaggia. Sobre las 17:00 horas, fueron a comprar un bocadillo, y al
regresar, se sorprendieron de encontrar a los animales un poco más
lejos de donde los habían dejado, y de
ver que los perros ladraban de forma enfurecida. Cuando se acercaban al lugar,
Giamperi observó que “algo” se movía entre la alta maleza, pensó que eran
animales, pero de pronto, a unos 10 metros de distancia, vio que se trataba de 3
seres muy pequeños, delgados, de unos 30 centímetros de
altura, de apariencia humana, aunque tenían una gran cabeza en forma de melón.
Llevaban ropa oscura, ceñida al cuerpo y con un brillo metálico. Se movían de
forma muy torpe. Giamperi no sabe, si la rara forma de la cabeza se debía a que
llevaban un casco aplanado. Los diminutos
humanoides corrían en dirección a un extraño objeto oscuro en forma de barril,
de 1´50 metros de largo y 70 centímetros de ancho, que en uno de sus
extremos tenía algo parecido a “antenas”.
El ocupante del extraño objeto volador tenía la cabeza o un casco aplanado. |
El artefacto se elevó rápidamente en vertical, emitiendo un largo silbido. Al llegar a unos
|
El periódico “
LADRONES DE
FLORES
El 1 de noviembre de 1954 sobre las
6:30 horas, en Cennina (Bucine, Provincia de Arezzo, (Italia) Rossa Lotti
Dainelli (40 años), una mujer que vivía en una granja a las afueras de Cennina,
se dirigía a pie a dicha localidad para visitar el cementerio y la iglesia.
Llevaba un ramo de claveles y caminaba descalza para no manchar sus zapatos y
medias. Al llegar a un claro, entre árboles, se percató de la presencia de un
extraño objeto que se hallaba sobre la hierba. El objeto tenía forma de dos
conos unidos por su base, de unos 2
m de altura y 1 m de diámetro en la parte central, era de
color marrón (algunas fuentes dicen que estaba recubierto de un material
parecido al cuero). El artefacto tenía una puerta y en su interior se divisaban
dos pequeñas sillas. Por detrás del artefacto surgieron dos pequeños seres, como
niños, de 1 m
de altura, que vestían un mono ceñido al cuerpo, con botones brillantes y capa
gris, pelo negro y un casco rojizo. Sus caras eran de adultos y hablaban en una
lengua que la testigo comparó con el chino. Las palabras que pronunciaron los
seres eran algo parecido a los fonemas; “liu, lai, loi, lau, loi, lai, liu “.
Los dos humanoides se dirigieron a la Sra. Lotti con gran alegría y una amplia
sonrisa en la cara, y uno de ellos, el que parecía más viejo le “robo” varias
flores y una de las medias, arrojándolas, después de examinarlas, dentro del
objeto. En ese momento uno de los risueños ufonautas tomó un extraño artefacto
de aspecto cilíndrico con la punta redonda y apuntó a la Sra. Lotti , quien salió
corriendo pensando que la querían fotografiar. Cuando estaba a unos 100 m de distancia, se giró y
pudo comprobar que aquella “cosa” y sus pequeños tripulantes continuaban allí.
El encuentro duró aproximadamente 10 minutos.
Los pequeños hombrecitos mostraron en este caso un comportamiento travieso y divertido. |
El suceso cuenta con los testimonios de
varias personas que observaron las evoluciones de un extraño objeto en el aire.
Además del relato de dos hermanos Marcello y Ampelio (9 y 6 años), que incluso aseguraron, en la
fecha, que vieron desde la distancia el encuentro de la Sra. Lotti con los dos
seres (aunque dicho testimonio ha sido cuestionado en investigaciones
recientes). Los vecinos que se acercaron al lugar del raro encuentro, a los 30
minutos del hecho, contemplaron un profundo agujero en la tierra de unos 15 cm y un diámetro de 10 cm.
El orificio también fue visto por el Inspector Jefe de Carabineros en Ambra,
Zulimo Botarelli, que se encontraba de caza en los alrededores cuando sucedió
el incidente.
CONCLUSIONES
Pese a que
las semejanzas entre los tres incidentes son patentes, (pequeños OVNIs y
pequeños tripulantes) no deja de ser menos cierto, que muestran aspectos
totalmente dispares que evidencian que los encuentros cercanos con “platillos
volantes” están repletos de ricos matices inclasificables. Esto sería resultado
inequívoco de la existencia de un “agente externo” indeterminado, que es capaz
de establecer contacto/comunicación con la psique de los observadores, logrando
que cada testigo “incorporara” detalles intransferibles e irrepetibles a la
experiencia, producto de su “participación” inconsciente en la elaboración de
las supuestas visitas extraterrestres. Este operador desconocido “arrebata” y
“distorsiona” cuanta información sea necesaria del inconsciente del testigo
para otorgar a cada evento esa pátina de exclusividad y absurdidad que
caracteriza y define a este tipo de encuentros, que a la sazón los hace prácticamente
irresolubles desde el punto de vista de nuestra “lógica cartesiana”.
Como se observa la apariencia y tamaños de los humanoides son radicalmente diferentes,,, |
En este dibujo se observa perfectamente la diferencia de tamaños de los humanoides así de como la de sus pretendidos vehículos espaciales. |
Aún mostrando algunos incidentes, como hemos expuesto anteriormente, elementos similares, como tamaños/forma en la aeronave y sus diminutos tripulantes, estos muestran tal contraste en aspecto, vestimentas, comportamientos y detalles que invalidan cualquier tipo de clasificación y estudio a los que los sometamos…
A no ser que comenzamos a admitir la presencia de un proceso
“psíquico” desconocido, de origen externo a la psique de los testigos,
soterrado en los encuentros cercanos con OVNIs. Cuya única finalidad y propósito es la
creación de una escenificación ficticia de una visitación alienígena a nuestro
planeta, pero, y esto es quizás lo más importante para la comprensión de
nuestra tesis, bajo el prisma y paradigma humano, aunque esté distorsionado para la ocasión…
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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